Esta crisis ha causado un caos sin precedentes en varios países en el mundo, el segundo más afectado es Italia en donde se han cerrado fronteras,las ciudades parecen desiertas por una cuarentena total y la falta de médicos, suministros, camas y mascarillas en los hospitales hacen que los casos de contagio y muerte por coronavirus sigan aumentando.
En el hospital de Chiari se vivió una grave situación cuando vieron que se quedaban sin válvulas para los respiradores, fundamentales para los pacientes mбs graves de COVID-19 ingresados en la UCI, según informa Business Insider Italia.
Uno de los respiradores artificiales que era compartido por cerca de 10 pacientes de manera intermitente sufrió la rotura de una válvula esencial para su funcionamiento. En esta crisis, cada pieza de equipamiento es muy valiosa y difícil de reemplazar.
Sin esta válvula, estas diez personas estaban prácticamente muertas. El fabricante de las piezas estaba muy ocupado atendiendo otras emergencias y, en una acción egoísta, decidió no dar las especificaciones de la pieza rota para que no pudieran reemplazarla con versiones «piratas» o de segunda.
El hospital lanzó una llamada de socorro poniéndose en contacto con el diario Giornale di Brescia, que alertó al físico Massimo Temporelli, fundador de FabLab, una compañía referente en Italia que ofrece soluciones innovadoras de fabricación para la industria 4.0.
Sin embargo, las restricciones de movimiento impuestas en Italia y la urgencia impedían que el propio Temporelli, afincado en Milán, se hiciera cargo del asunto. El físico dio con Isinnova, una startup en Brescia que contaba con una impresora 3D, y así fue como Cristian Fracassi y Alessandro Ramaioli.
Cristian Fracassi, ingeniero local y propietario de un negocio, aprovechó la ocasión para llevar su impresora al hospital y, en cuestión de horas, logró rediseñar e imprimir una pieza de repuesto para la máquina de cuidados intensivos de la nada, debido a que el fabricante original se negó a enviar especificaciones de las piezas que se debían reconstruir.
Según el periódico italiano La Stampa, la compañía que fabrica las válvulas se negó a proporcionarle al Sr. Fracassi y sus asociados las especificaciones para los diseños originales de las válvulas, y les advirtió que no intentaran reproducir la pieza.
«Tengo abogados que están evaluando el asunto», dijo Fracassi al medio noticioso TPI.
«No tenemos intención de sacar provecho de esta situación. No vamos a utilizar los diseños o productos más allá de la estricta necesidad que nos obligó a actuar», concluyó.
Gracias a las piezas de Fracassi, 10 personas pudieron volver a ser conectadas y ahora siguen luchando por su recuperación.